viernes, 27 de julio de 2018

Bicicletas y otros esparcimientos mortales

Cuando un rato de disfrute se convierte en una trampa mortal


Llega el verano, los días soleados y el fin de semana. El doctor nos ha dicho que la mejor forma de mantenernos sanos es coger la bicicleta y mover las piernas. Así que, ni cortos ni perezosos cogemos nuestra bicicleta y nos vamos a dar una vuelta. Algo ya avisa del peligro. Nuestra pareja nos dice que tengamos cuidado con los coches, con las curvas, con ir demasiado deprisa, con el estado de la pista. 

La tranquilizamos, le enseñamos el móvil con una de tantas aplicaciones que indicarán en tiempo real nuestra posición y salimos risueños y confiados a disfrutar de nuestra excelente y flamante bicicleta. 

Ya han pasado más de dos horas y nuestra pareja mira angustiada su móvil. La ultima posición mostrada ha quedado fijada en el mapa. A veces la pendiente era demasiado pronunciada y la curva demasiado cerrada; en otras ocasiones, el coche o el camión que nos adelantó lo hizo demasiado cerca y un leve roce fue suficiente para enviarnos a la cuneta con graves consecuencias. En ningún caso tuvimos tiempo de enviar una alerta, ni de llamar por teléfono. Ni de activar ninguna App de auxilio. Nuestra pareja nos llama repetidamente al teléfono pero nadie lo coge. Llama finalmente al 112 y se activa un dispositivo de rescate que se dirige a las coordenadas dadas por esa de tanta aplicaciones que usan los ciclistas. Allí no hay nadie. Es simplemente el punto donde se perdió la cobertura de datos. El accidentado, dolorido, con fracturas o inconsciente, sigue tendido en algún lugar desconocido.

Esta es la historia de Juan, que pasó más de cuatro horas inconsciente con la pierna totalmente fracturada y con cuatro costillas rotas. Solo la suerte de que un excursionista pasara por allí le szlvó la vida. 

Sin embargo, la historia de Julián fue muy diferente. Llevaba un simple dispositivo, diseñado con las nuevas metodologías de diseño de productos y servicios, como Reverse B2C, basadas en el concepto de los anclajes antropológicos de las personas con la tecnología. Esto quiere decir, que si necesito activar manualmente una alarma cuando tengo un accidente no sirve; que si necesito datos, no sirve, que si se me acaba la batería no sirve. El diseño se basa en dos conceptos básicos y muy poderosos:
  1. Si tengo un incidente en tan solo un segundo, por qué no solucionarlo en un segundo.
  2. La mejor ayuda que alguien me puede dar es aquella que necesito pero no puedo pedir.
Julián, cuando se montó en su flamante bicicleta, se colocó Helpyplus (www.helpyplus.com) un dispositivo sencillo, que no se le acaba la batería nunca y que, en el caso de sufrir una caída, a través de su móvil envía una alerta a sus seres queridos, o a una compañía de asistencia, sin necesidad de que el ciclista tenga que hacer nada, sin necesidad de que tenga cobertura de datos. La alerta contiene información de los datos personales, incluido el grupo sanguíneo, posibles alergias, enfermedades importantes como la hipertensión, etc. También contiene información sobre la posición GPS ultima (aunque no exista red de datos) y de si se está moviendo en los siguientes 5 minutos. Y por si fuera poco envía información del sonido ambiente por si el ciclista se estuviese quejando o pidiendo ayuda por no poderse mover.  Y todo sin tener que activar un App cada vez que sales o enciendes el móvil.


La historia de Julián fue muy diferente a la de Juan. Un camión se arrimó demasiado en una carretera comarcal y Julián fue despedido por el rebufo violentamente hacia la cuneta, saliéndose aparatosamente de la cuneta y quedando tirado colina abajo en una zona de baja visibilidad con varias e importantes fracturas. Ana, la mujer de Julián recibió una alerta automática en su móvil, recibió las coordenadas de Julián y vio que no se movían. El audio ambiente grabado dejaba claro que Julián se estaba quejando amargamente. Sus quejidos eran sobrecogedores. Ana llamó al móvil de Julian. Nadie lo cogía, pero estaba claro que estaba en graves apuros.


Ana, llamó al 112 y les dio toda la información, y esta vez, gracias a Helpyplus, Julián fue encontrado y atendido rápidamente.

Fue un final feliz gracias a que estamos entendiendo cómo las personas tienen que utilizar las nuevas tecnologías para que éstas sean eficaces y les puedan servir realmente de ayuda. De nada sirve la tecnología si no nos ayuda cuando más lo necesitamos.


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