domingo, 4 de diciembre de 2016

¿Qué significa un País con Agenda Digital?

La importancia de una Ruta Digital para el Futuro de un País


Parece que lo gobiernos se están tomando en serio lo de la Transformación Digital, no solo la de la Administración, ni la de la industria, sino la de la propia sociedad. Es por ello, por lo que vemos el nombramiento en España de un ministerio que incluye una cosa que llaman "Agenda Digital". Es cierto que al nuevo Ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, el Excmo. Álvaro Nadal, le pilló un poco de improviso su nombramiento, incluso antes de que tuviese siquiera una cuenta de Twitter (cosa que remedió con rapidez después de su nombramiento). Ahora solo falta que su perfil esté verificado por la misma Twitter y que actualice su perfil, quitando lo de Industria (que no lleva) y añadiendo lo de Agenda Digital (que si que lleva y que queremos que lleve). En cualquier caso, declaro mi devoción a la gente inteligente, y creo que hay pocas personas que tengan dudas sobre la inteligencia del nuevo ministro.

Pero vamos a ver qué significa eso de la Agenda Digital, o mejor dicho, qué significa tener interés en las transformaciones empresariales disruptivas, en la eficiencia digital, en la creación de miles (tal vez cientos de miles) de puestos de trabajos aprovechando la ola digital, etc. 

Un buen amigo mío, un fenómeno de la comunicación que dirige un pedazo de compañía llamada Hipermedia Factory, Juanjo Fraile, me hizo ver que la industria más rentable desde hace más de quinientos años (o mil si les damos la titularidad a los chinos), ha sido la imprenta, las rotativas, las editoriales, la generación y difusión de los contenidos, y el conocimiento. Pero claro, la pregunta es: ¿y en el futuro que? Pues en el futuro pasaremos a las rotativas digitales, a la creación, difusión y mercadeo de contenidos puramente digitales. 

Cualquier gobierno que se precie debería haberse dado cuenta ya de que ese cambio, que es una verdadera amenaza para la economía tradicional, es un verdadero filón para España a nivel mundial, pues quien controle los contenidos de más de 500 millones de personas hispanohablantes controlará una parte del mundo esencial. Lo mejor es que este tipo de estrategia no consume grandes cantidades de recursos materiales, sino enormes cantidades de inteligencia bruta, pero bien orientada. Y de eso en España andamos bien sobrados.




Por otro lado, el Internet of Everything nos habilita con la capacidad de mejorar la vida de las personas, de activar y convertir en una realidad el concepto un tanto amasado de las Smartcities, de mejorar la eficiencia de la industria en su camino imparable hacia la Industria 4.0, y lo que es más importante, de romper el paradigma de la falta de productividad de la empresa española, estigma más paradigmático que real. Y de nuevo, la buena noticia es que no hace una inversión intensiva en capitales para dominar el mercado de los dispositivos conectados a internet, de las smart applications y de llevar a First Mobile la mayoría de interacciones con nuestros clientes.

Es imperativo que desde el Gobierno, desde la empresa, desde las instituciones, desde los profesionales de las TICs y desde la propia sociedad se genere una verdadera Agenda Digital, que tal vez debería empezar con el indispensable Plan Estratégico de la Transformación Digital. 

Un país con un Plan es un País con un Futuro.